¿Nos Dejaremos Esclavizar por el Sistema?

Recordamos bien la típica pregunta que nos hacían en la escuela primaria: “¿Qué quieres ser de grande?”

La mayoría de nosotros debió haber soñado con ser veterinario, estrella de cine o de rock, bombero, médico, policía o hasta astronauta

Todos en un momento de nuestra vida tenemos que llegar al punto de decidir a qué queremos dedicarnos, nuestra pasión y vocación.

Pero a veces, al identificar nuestra pasión, tenemos impedimentos que nos hacen imposible perseguir nuestros sueños y nos condenan a vivir detrás de las reglas de lo “tradicional”, imposibilitándonos de trascender y revolucionar la industria actual como la conocemos, pero,

¿Cuáles son estos obstáculos?

Para el desarrollo de un buen emprendimiento que ayude a la comunidad y que produzca verdaderos beneficios, se necesitan estudios y preparación para poder dirigirlo como se debe.

Más de lo que piense nuestra familia acerca de lo que queremos ser, el soñador no tiene las puertas abiertas para desarrollar nuevas industrias que nos ayuden a avanzar. Una de esas puertas cerradas es la educación superior.

La mayoría del sistema educativo, está enfocado en un tipo de enseñanza que no se enfoca en las necesidades del mundo actual.

Todos tenemos talento

Todos tenemos un amigo al que le encanta hablar, que es un cerebrito para los números, al que le encanta pintar, el que toca como estrella de rock, el que baila mejor que Michael Jackson, el que juega futbol casi como Messi, el retraído que le encanta pasar solo, a ese que dejas en una esquina durante diez minutos y sale con 3 nuevos amigos, ese que le cuentas tus penas como psicólogo porque sabes que te va a ayudar, a ese que esta obsesionado con los sorbetes de papel, que vive en crisis existencial, el que siempre tiene ideas nuevas y creativas, y al que le encanta colaborar en los grupos de trabajo.

¿Qué pasa si te digo que todas estas personas tienen desarrollada un tipo de inteligencia distinta?

El ser humano tiene 12 tipos de inteligencia distinta: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal y kinestésica, intrapersonal, interpersonal, emocional, naturalista, existencial, creativa, y colaborativa.

Nuestro sistema educativo ve como inteligente y valioso al que siempre saca la máxima calificación en todo. Pero, ¿Qué pasa con las personas que tienen pasión por las artes, o el deporte?

Nuestro sistema educativo ve como inteligente y valioso al que siempre saca la máxima calificación en todo.

Pero, ¿Qué pasa con las personas que tienen pasión por las artes, o el deporte?

Generalmente se dice que nuestros sueños están limitados por nosotros mismos. Pero a veces, esa no es la única limitación.

La educación en nuestro país nos enseña a ser exitosos a su manera, no con nuestra pasión. Nos enseña a dar lo mejor de nosotros y batallar en este sistema tan competitivo para ser los mejores, pero no nos enseña qué es lo más importante o cómo ser realmente felices.

Simplemente, nos cortan las alas condenándonos a ser infelices y esclavos del trabajo.

¿Cuál es la vida del ecuatoriano promedio? Nace, crece, estudia la escuela, no puede seguir su sueño, estudia una carrera que no le interesa, pero que ojo, le va a dar dinero para vivir “bien”, trabaja hasta llegar a jubilarse, para mirar atrás y decir penosamente, que no aprovechó su vida

El sistema está confiado de que su manera de evaluar las aptitudes para la sociedad, son las mejores. "Si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, toda su vida creerá que es estúpido" Albert Einstein 

---

“¿Qué hubiera sido de mi si me hubiera arriesgado?”

A veces, cometemos el error de dejarnos llevar por las opiniones externas o por lo que supuestamente no nos va a “dar de comer”. Pero si somos sinceros, la historia nos demuestra que la gente que quiere algo y lo intenta, no se rinde hasta conseguir su objetivo. Los hechos nos demuestran que, si somos perseverantes, y realmente queremos avanzar, lo podemos conseguir.

¿Qué nos impide conseguir nuestros sueños?

Aquí vale la pena preguntarse sinceramente, quien corta las alas de mi sueño, la base de mi emprendimiento, los pilares de mis ideales: ¿Es el sistema, o mis ganas de intentar?

No todo lo que vemos ahora como exitoso lo fue en su inicio, todos esos próceres del progreso de nuestra sociedad cómo conocemos, surgieron de las burlas, del desprecio, del fracaso, y de las derrotas.

¿No verdad, que lo que no te mata, te hace más fuerte?

No hay que tener miedo, no hay que dejarse llevar, no hay que temer, no hay que dejar de intentar. Porque el momento que dejamos de hacerlo, dejamos de ser humanos mismos, porque somos característicos por tener esa voluntad que puede mover montañas metafóricas, y esa fuerza que nos impulsa a ser mejores.

¿Nos dejaremos esclavizar por el sistema?

Patricia Borja Campos, 2019