Huella Ecológica
- EcoVision Entertainment
- 18 ago 2020
- 2 Min. de lectura
La Huella Ecológica es una herramienta utilizada para medir la demanda de recursos naturales de la humanidad sobre la capacidad regenerativa de nuestro planeta: Biocapacidad mundial.
Los componentes usados en el cálculo de la huella ecológica son: carbono, áreas de cultivo, pastajes, florestas, áreas construidas y almacenes pesqueros.
Este indicador biofísico de sostenibilidad integra el conjunto de impactos que ejerce una comunidad humana sobre su entorno, considerando tantos los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de consumo de la comunidad.
En palabras de los creadores del concepto, William Rees y Mathis Wackernagel, la huella ecológica se corresponde con el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta área.
Es fácil constatar nuestra responsabilidad en la contaminación del Planeta y en el agotamiento constante y progresivo de los recursos naturales. Este indicador tiene como objetivo, por tanto, evaluar el impacto sobre la Tierra de un determinado modelo o forma de vida y, consecuentemente, su grado de sostenibilidad.
La filosofía de cálculo de la huella ecológica parte de los siguientes aspectos:
· Para producir cualquier bien o servicio, independientemente del tipo de tecnología utilizada, se necesita un flujo de materiales y de energía, provenientes, en última instancia, de sistemas ecológicos o del flujo de energía directa del Sol en sus diferentes manifestaciones.
· Se necesitan sistemas ecológicos para absorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales.
· El espacio es también ocupado con infraestructuras, viviendas, equipamientos … reduciendo así las superficies de ecosistemas productivos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes aspectos que subestiman el impacto ambiental real:
· No quedan contabilizados algunos impactos, especialmente de carácter cualitativo, como son las contaminaciones del suelo, del agua, y la atmosférica (a excepción del CO2), la erosión, la pérdida de biodiversidad o la degradación del paisaje.
· Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal son sostenibles, es decir, que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo.
· No se tiene en consideración el impacto asociado al uso del agua, a excepción de la ocupación directa del suelo por embalses e infraestructuras hidráulicas y la energía asociada a la gestión del ciclo del agua.
· Como criterio general se procura no contabilizar aquellos aspectos para los que existan dudas sobre la calidad del cálculo. A este respecto, también se tiende siempre a elegir la opción más prudente a la hora de obtener resultados.
La importancia de la huella ecológica radica en su valor pata estimular el nivel de conciencia ciudadano y gubernamental, de este modo, asumir una actitud responsable con el ambiente, en función de nuestras acciones y hábitos de consumo.
Las actividades humanas que más contribuyen con la huella ecológica son: El reciclaje. Uso eficiente de las energías. Uso eficiente de los recursos naturales.

Andrea Pereira, 2020
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